jueves, 25 de abril de 2013

Seamos realistas, pidamos lo imposible.

Mi mala suerte llega a límites insospechados, un vistazo y se me paró el corazón, noté como este cabrón dejaba de latir a medida que te acercabas, noté como latía hasta casi salirse del pecho cuando te quedaste rozando mi cara. Desde entonces sales en todos mis sueños, a veces como extra, casi siempre como protagonista. Me he tomado la libertad de hacer nuestra una de tus canciones preferidas y hasta mi madre ya sabe de tu existencia. Llámame loca, llámame demente a la que le gusta lo imposible o llámame estúpida necesitada de retos, pero llámame. "¿Qué necesidad de seguir complicándote la vida?", dirás. "¿No la tienes ya patas arriba?", preguntarás. "Por eso mismo, porque tú me traes de cabeza, porque le das sentido a mi locura", contestaré. Un segundo bastó para dejarlo todo atrás y romper cualquier cadena.

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